Toma de la CNDH en la Ciudad de México
- Strega RM
Fue un 2 de septiembre de 2020 cuando después de una protesta en las instalaciones de la CNDH en la Ciudad de México las madres de niños violados, víctimas de trata de blancas y de mujeres muertas, cuyos casos no se han resuelto, protestaron, amarrándose incluso en las sillas para que no las sacaran de las instalaciones.
Dos casos que se encontraron en esta primera protesta fue el caso de la señora Erika Martínez quien es madre de una menor de 7 años que sufrió abuso sexual por parte del hermano de su padrastro y el abusador sigue libre, este es uno de los 1,764 casos por cada 100 mil niños que son víctimas de violaciones, según datos del INEGI. Al igual, La señora Marcela Alemán, quien es madre de una menor de edad que fue violada en San Luis Potosí en 2017, a manera de protesta desde el 2 de septiembre se amarró a una silla de las oficinas advirtiendo que no se movería hasta saber sobre el caso de la violación de su hija.
El 3 de septiembre diversos colectivos feministas como Crianza feminista, Aquelarre Violeta, entre otros, se unieron a la lucha de estas madres de familia, al igual, llegaron personas que han sufrido la misma impunidad por parte del estado y siguen sin tener avances o respuesta en sus casos; Se encuentran niños víctimas de trata de blancas, familiares de feminicidios, abusos sexuales, homicidios y desapariciones.
Dentro de las instalaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos se encontraron diversos objetos como muebles y comida gourmet dentro de los cuáles se encontraban cortes de carne, las personas que se encuentran en la toma decidieron exhibir esto en la calle sacando toda la comida y diversos objetos con precios estimados arriba de los millones de pesos; porque esta institución ha dicho no tener los recursos necesarios para dar seguimiento y apoyo a los distintos casos que están inconclusos.
Las instalaciones fueron convertidas en una casa de refugio por feministas “Ocupa casa de refugio Ni Una Menos México”.
Posteriormente, las personas que se encuentran dentro del edificio pintaron los cuadros, paredes y objetos que están dentro de las instalaciones usando colores rojos, morados, verdes y negros principalmente. Por otra parte, las paredes fueron pintadas con frases como “No perdonamos ni olvidamos” “Las niñas no se violan” “México feminicida” entre otras. Los cuadros pintados serán subastados para obtener recursos para las familias de las víctimas, el cuadro que ha sobresalido más ha sido el de Madero, los cuadros fueron expuestos afuera del edificio y de cabeza.
Erika, madre de familia mencionó "Este cuadro, estas flores, estos labios pintados, se los pintó mi hija. Mi hija, una niña que a los 7 años fue abusada sexualmente. Entonces quiero decirle a ese presidente que cómo se indigna por este cuadro, ¿Por qué no se indigna cuando abusaron de mi hija?”.
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