
HABLEMOS DE SEXO
-Dríade Laurel
Hombre, mujer o persona intersexo, una de esas tres categorías se nos es asignada en el momento de nuestro nacimiento de acuerdo con nuestras características biológicas, es el primer momento en cual se realiza una diferenciación.
Cuando un bebé va a nacer todos preguntan ¿Va a ser niño o niña? A partir de dicha pregunta se está generando un diferenciación meramente bilógica y física que no tiene que ver con el género.
Como a muchas se nos fue explicado ya sea por nuestras madres o por la institución encargada en procurar nuestra educación, cuando nacemos tenemos características sexuales. Estas se desarrollan desde el momento de la fecundación del ovulo, durante todo el proceso de gestación y hasta el nacimiento; sobre estas características creamos nuestra sexualidad a nuestro gusto y sazón.
Si nuestros genitales presentan una vulva conformada por labios mayores, labios menores, clítoris, capuchón y vagina seremos la creación más bonita de la vía láctea, mujeres. Si esos genitales tienen pene y un escroto que recubre los testículos, estos serán hombres en perfecto estado para ser inculcado en valoración por la mujer, pero eso es tema de otro texto.



¿Y los intersexuales? Son bebés que al momento de su nacimiento poseen inconsistencias entre su sexo genético, genitales y sus gónadas (glándulas sexuales) estas pueden mostrarse desde el comienzo de su vida o en la pubertad. Lamentablemente en México no hay cabida para otro tipo de sexo que hombre o mujer, a pesar de que La Ficha de las Naciones Unidas calcula que entre el 0.05% y el 1.7% de la población es parte de las personas intersex. Si te gustaría saber más del tema checa el siguiente link: https://vivirintersex.org/2017/02/03/que-tan-comun-es-la-intersexualidad/

Teniendo planteado lo anterior podemos derivar la identidad que tenemos con nuestro sexo, es decir con las características biológicas de nuestro cuerpo. Aquí creamos una idea de nosotras mismas perteneciendo algunas de las tres categorías preestablecidas que nos caracterizan sexualmente y la aceptación que tenemos o no de esas categorías biológicas.
Cuando no nos sentimos conformes con el cuerpo que habitamos y buscamos alternativas quirúrgicas y hormonales para lucir físicamente de acuerdo con el sexo con el cual nos identificamos, se nos denominaría transexuales.
Teniendo en cuenta lo anterior es muy común que como mujeres nacidas en un México machista solo tengamos noción de la vagina, el útero y los ovarios ya que esa es la única forma en la que se nos ilustra el aparato reproductor femenino, pero yo me pregunto ¿Dónde queda el placer?
Les voy a ser clara, hay tantas vulvas como mujeres en el mundo, eso sí, todas se componen por las partes descritas previamente. Pero es bueno que exploremos nuestra vulva, traten de buscar la posición que más les acomode, recostada, de pie o en cuclillas con un espejo entre las piernas y obsérvate, quiérete, comprende a tu amiguita de ahí abajo y lo que necesitas para hacerla feliz.
La familiarización con nuestra vulva nos hace sentirnos dueñas de nuestro cuerpo y de nuestro placer, dejando atrás presiones sociales y doble moralidades de la sociedad patriarcal en la que vivimos. La auto exploración es parte de una sexualidad plena y de un empoderamiento con tu cuerpo.