AMOR O VIOLENCIA: NOVIAZGO
-LeStregaRM
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Breve explicación de quién eres y a qué te dedicas.
Mi nombre es Araceli, tengo 24 años, soy psicóloga y actualmente soy estudiante de la maestría en Psicología. Estoy haciendo una investigación sobre mujeres que han terminado relaciones violentas durante la pandemia.
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¿Qué tipo de violencia sufriste?
Violencia psicológica, aunque poco a poco fue aumentando hasta llegar a violencia física leve, había empujones y jaloneos.
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¿Cómo comenzó a violentarte y si es que te daba “razones” culpándote cuáles eran?
Al principio todo era muy sutil. Las primeras agresiones que recuerdo era que él me empezó a comparar con sus ex parejas, diciendo que tenían mejor cuerpo que yo, sobre todo porque mis pechos son pequeños y eso “no le gustaba”. Hacía comentarios sobre mi cuerpo y sobre mi forma de vestir y de maquillarme, bastante bien disfrazados, del tipo de “Te quiero aunque te vistas muy mal”, lo cual iba combinado con señalar que él tenía muchas otras pretendientes y qué tan bonitas eran.
Recuerdo que me decía que yo era una “niña consentida” que “necesitaba que me terminaran de educar” y que por eso él se comportaba de esa forma. También daba a entender que yo era muy afortunada de que él se hubiera fijado en mí, habiendo tantas personas que querían estar con él.
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¿Cuáles eran los comportamientos o acciones que tenía tu agresor hacia ti?
En los tres años que fui su novia no podía salir sola con mis amigos porque se autoinvitaba a nuestras salidas, me chantajeaba emocionalmente diciéndome que si prefería salir con otras personas que con él. Había comentarios racistas y clasistas hacia mí tanto de parte de él como de su familia, ya que ellos eran personas “de dinero”. También sufrí presión para abortar en un embarazo no deseado, aseguró que no era suyo y me dijo que era una zorra y una puta, y que quien sabe con cuantas otras personas estaba teniendo relaciones. Utilizó expresiones cómo “te encanta la verga y por eso saliste embarazada”
Terminé la carrera y realicé un voluntariado en una asociación civil, él decía que eso “no era trabajo” porque no me pagaban, decía que su trabajo valía más y que yo debería tener más tiempo para pasar con él porque lo que yo hacía no contaba como trabajo.
En varias ocasiones salimos todo el día y en la noche él me decía que ya no me llevaría a mi casa y que me regresara sola, aún cuando antes hubiera dicho que si me llevaría y sabiendo que la zona donde vivo era peligrosa para andar de noche. En una ocasión, me llevó a regañadientes y en el camino me alzó la voz, haciéndome la cuenta de todo lo que había gastado ese día en mí y diciendo que “aparte de todo lo que he gastado en ti todavía quieres que te lleve a tu casa”
A mediados de la relación sufrí un asalto y él en su papel de “novio perfecto” me compró un celular, el cual me quitaba con frecuencia y revisaba mis mensajes y redes sociales con el pretexto de que él me lo había comprado. Esta situación me ponía tan mal que aún sin tener ingresos económicos buenos, opté por ahorrar y comprarme otro.
En una ocasión me dio su celular para poner música en su coche y le llegó un mensaje de una chica diciendo que “le había dejado adoloridas las piernas de lo de ayer”. Al preguntarle a qué se refería el mensaje dijo que yo era una loca, celosa que le estaba revisando el celular y que no le tenía confianza.
Cuando falleció mi abuelita en 2019, teníamos un viaje planeado al día siguiente, el cual yo quería cancelar para ir al entierro de mi abuelita. Él me dijo que al evento al cual íbamos a ir, también iría una de sus exnovias y que si yo no iba él no me podía asegurar que no pasara nada con ella.
Cuando discutíamos o yo le reclamaba alguna de estas actitudes comenzaba a hacerme cuentas de cuanto se gastaba en mí y me pedía que le hiciera transferencias electrónicas reembolsando sus “gastos”. En varias ocasiones lo llegué a hacer para que me dejara en paz.
Cuando entré a la maestría él se comenzó a frustrar porque yo cada vez estaba más ocupada y comenzó a exigirme que los fines de semana fueran exclusivos para salir juntos, por lo que yo comencé a tener una cantidad de estrés impresionante para acabar todos mis pendientes antes del fin de semana. Si yo llegaba a sacar alguna lectura o intentar hacer tarea durante el tiempo que estábamos juntos, él se molestaba y me decía que no le dedicaba el suficiente tiempo.
A finales de mi primer semestre de maestría, le pedí que por favor me diera los últimos días para poder entregar mis trabajos porque tenía mucha carga académica. En lugar de eso, él planeo un “viaje sorpresa” en los últimos días de mi semestre, yo me puse a llorar después de que él me dijo que nos iríamos de viaje porque sabía que no iba a tener tiempo para finalizar mis trabajos y que además no podía mostrarle mi frustración porque él diría que era una malagradecida. Terminé yendo al viaje, intentando leer en el camino y terminar mis trabajos en el celular, pero desistí porque se molestaba cada vez que me “cachaba” haciendo tarea, diciendo que debía ser un viaje para estar juntos.
El acto más violento que recuerdo es cuando mi mejor amiga de la facultad me invitó a festejar su cumpleaños a La Chopería, él se invitó solo. Ese día mi tarjeta de débito se rompió y por eso no podía pagar, por lo que le pedí que me prestara dinero para pagar el consumo que ya habíamos realizado los dos. Él no quería pagar ni su parte. Me gritó que yo quería “controlar su dinero” e insistió en que nos fuéramos sin pagarle a mi amiga. Al final me prestó el dinero, pero al ir de regreso en su coche, cuando le reclamé la forma en la que se había dirigido a mí, me dijo que me bajara de su coche, aún siendo de madrugada y sin tener medios de transporte viables.
Tuve que llamarles a mis papás y terminó dejándome en la esquina de mi casa a regañadientes. Al pasar por la zona de Cabeza de Juárez me dijo que le daban ganas de bajarme ahí, en El Hoyo (la zona roja más violenta de Iztapalapa) para que me pasara algo.
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¿Cómo te sentías con sus agresiones?
Me creí todas las cosas que él me decía: que no era bonita, que era afortunada de que él se hubiera fijado en mí, que me vestía mal, que me veía mal, que no valía nada y que sólo él me iba a querer. Me daba mucho miedo alejarme de él porque sentía que me iba a quedar sola y que no podía estar sin él.
Además, él daba una muy buena imagen exterior, con todo mundo se comportaba muy propio y como si fuera el novio perfecto, subía fotos de nuestros viajes y los regalos que me hacía e incluso mi familia pensaba que era una excelente persona, por lo que llegué a sentir que si era yo quien tenía la culpa de que las cosas no funcionaran.
En muchas ocasiones pensé que si era yo quien estaba mal, quien tenía la culpa de que me agrediera.
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¿Cómo te diste cuenta que tenías que salir de ahí?
En la pandemia dejamos de vernos porque mi familia guardó una cuarentena estricta. A él le molestó y comenzó a hacer presión para vernos terminando conmigo cada tercer día para que yo accediera a verlo. Fue entonces que se empezó a hacer más evidente para mí la forma en que me manipulaba emocionalmente, además de que al no estar tan cerca de mí empezó a perder control sobre mí.
Me propuso irnos a vivir juntos para dejar de estar lejos, al final tuvimos una discusión una semana antes de mudarnos, por que me decía que le “exigía amor” y me bloqueó de todos lados pero no canceló el contrato del departamento. En ese momento fue cuando me di cuenta de que las cosas siempre iban a ser de esa manera y cancelé yo el contrato, sin tener nunca ninguna cooperación económica de su parte ya que yo había pagado todo lo referente a ese departamento.
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¿Cómo reaccionaron las personas cercanas a ti?
Mis amigas ya sabían algunas de las cosas que habían pasado con esta persona, se alegraron de que por fin se alejara de mi vida, cuidaron mucho de mí, estuvieron al pendiente de mí.
Mi mamá fue la persona a la que me acerqué de mi familia, a ella nunca le había agradado él, pero no sabía hasta que punto habían llegado las cosas, le sorprendió, y me abrazó mucho cuando le conté todo lo que había pasado, dijo estar aliviada de que no me hubiera ido a vivir con él porque probablemente las agresiones pudieran haber empeorado.
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¿Cómo crees que te afecta en tu vida actual?
Estuve en un proceso terapéutico con una psicóloga especialista en violencia de género y eso me ayudó mucho a no ser tan dura conmigo misma, a entender que no fue mi culpa y a poder salir adelante.
Después de unos meses de estar lejos de esta persona, me di cuenta de que tan bonita era y cuanto tiempo había pasado pensando que no lo era. Empecé a hacer más actividades, a aprender cosas nuevas y crecí mucho como persona y profesionalmente.
Sin embargo, ha sido difícil puesto que esta persona ha seguido acosándome a través de cuentas fake en mis redes sociales. El mes pasado intentó contactar conmigo llamando a varios amigos míos e incluso a mi hermano para decir que quería hablar conmigo. El hecho de no tener contacto con él para nada es lo que más me ha ayudado, a pesar de que el acoso si me sigue afectando y en ocasiones sigo entrando en crisis cuando me doy cuenta de que no me ha dejado en paz después de todo, puesto que me trae muchos recuerdos de lo que me hizo y lo mal que me sentía conmigo misma cuando estuve con él.